jueves, 6 de enero de 2011

El impulso

Y de repente,
en menos
de un instante:
la idea
se hizo voz,
la voz
se hizo palabra
y la palabra,
realidad.

Modesta proposición para solucionar el conflicto del edificio único para la Facultad de Ciencias Sociales

Más de ocho años transcurrieron ya desde que se cementó el primer ladrillo en Santiago del Estero 1029, comenzando con la reconstrucción del edificio que el día de mañana (siete años atrás) conformaría la tan necesaria Sede Única de nuestra facultad. Todos estos años nos unieron en reclamos, manifestaciones, en el consenso como estudiantes de lo indispensable que se hace un lugar propicio para el estudio de nuestras carreras. Por ello, todo este tiempo nos dedicamos a reclamar al Gobierno Nacional y al Ministerio de Educación que se nos escuchara, y nos unimos en manifestaciones, teatralizaciones, expresiones artísticas, escraches, cortes de calles, reuniones de comisiones, disputas políticas, y tomas de las sedes actuales de la facultad, entre otros tantos reclamos justos.
Y si bien este octubre del 2010, con la Toma Histórica, nos trajo la alegría de unos 20 millones de pesos para que apenas se inicie el tercer pliego de la construcción del edificio en cuestión, todos sabemos que el conflicto no está terminado.
Y visto y considerando que como comunidad, flaqueamos en que siempre estamos actuando en la inmediatez del conflicto emergente, tratando por todos los medios posibles informar y captar a la comunidad estudiantil al pie de la batalla, vengo aquí a hacer una modesta propuesta de corregir ese y otros tantos errores, de manera introspectiva y autocrítica, y poniendo sobre la mesa un plan de lucha para los años que sigan, dado que todos más o menos conocemos el panorama de lo que se viene.
Como bien todos sabemos, para lograr algo grande debemos empezar primero por casa. Como estudiantes de sociales deberíamos organizar primero un ente estable, y representativo, que manifieste en él todos los pensamientos e ideas que conviven dentro de la facultad. El centro actual es un buen comienzo, junto con las reuniones de comisiones, pero deberíamos llegar a lo mas democrático posible (porque en la facultad tiene que haber legitimidad y democracia), con una cámara de agrupados, cámara de no agrupados, cámara de independientes, cámara de los que piensan agruparse y de los que no entienden nada todavía. Allí estaríamos todos representados.
También deberíamos estimular la difusión de la información, imprimiendo cada vez más folletos, desarrollando una estrategia para que los estudiantes se sientan irresponsables y culpables por no leerlos todos, y reglando que cada 10 palabras una tenga que ser Lucha, Izquierda, Golpistas, Marcha, Movilización, entre otras, para captar más la atención de los lectores, de quienes ya conocemos el perfil. También deberíamos masificar la emisión de papeles, y con el poco sobrante del balance del Centro de Publicaciones comprar una máquina nueva, que imprima a color para dejar la témpera y la brocha y actualizarnos en tecnología, empapelando la facultad del piso hasta el techo, para que la atención de todos los compañeros esté puesta en foco en lo que más nos importa: el edificio único.
Es importante aclarar que es verdad que este tipo de acción tiene un costo fuerte académico, y que demoraría las carreras particulares de cada uno de los estudiantes. Pero es un costo que todos como miembros de la comunidad estudiantil deberíamos estar dispuestos a invertir, después de todo, el fin justifica los medios.
Todos vemos un mismo horizonte, de mucho dinero que es poco, de una futura toma para reclamar la tirada de plata que nos falta para concretar el sueño dorado de un edificio nuestro, los mil y un reclamos futuros por una biblioteca de ciencias sociales, por un comedor, por un jardín maternal, por un estacionamiento nuevo que sea tomado por las autoridades para volver a tomarlo y convertirlo en un baño público porque en algún momento los nuevos van a dejar de funcionar. Y como las autoridades siempre van a responder a un mismo perfil mientras nosotros soñemos con que responda a otro, y siempre va a ser oficialista mientras nosotros sigamos en la lucha.
Luego de haber verificado los positivos resultados de las medidas de fuerza que venimos tomando, deberíamos armar un plan de lucha más fuerte, y comenzar por otra toma en sociales, más cortes de calles, y la adhesión no sólo de las facultades de la Universidad de Buenos Aires, sino también la adhesión de todas las Universidades Nacionales del país, para lograr un paro prolongado nacional, que logre garantizarnos la educación pública y gratuita que todos merecemos de manera justa.
Una vez logrado el edificio único, que todas las carreras estén ubicadas allí en funcionamiento pleno, sabemos que igual tendremos muchísimos otros temas por los cuales reclamar, porque la lucha nunca termina, y por ello seguiremos haciendo un esfuerzo por concentrar nuestras energías en el continuo reclamo, empapelamiento y destrucción de nuestra propia facultad si fuera necesario, para que cada vez se nos escuche más, y podamos seguir consiguiendo, fuerza mediante, todo aquello que necesitamos para seguir gozando del uso de nuestra facultad pública y gratuita como lo tenemos merecido.

lunes, 27 de diciembre de 2010

lo digo yo, lo decis vos

No es algo que escribí yo, pero muchas veces las canciones hablan por mí, o simplemente me gustan, como cualquier poesía o libro. No digo que esta sea una traducción fidedigna de la canción, simplemente es mi interpretación.

Esta es mi cara, cubierta de pecas con algún que otro lunar y algunas venas.
Este es mi cuerpo, cubierto de piel, aunque no podés verlo por completo.
Y esta es mi mente, que repite una y otra vez las mismas líneas.
Y este es mi cerebro, cuyos torturantes y analíticos pensamientos me vuelven loca.

Y uso enjuague bucal,
y a veces hilo dental.
Tengo una familia
y tomo mucho té.

Tengo veredas nostálgicas,
tengo caras familiares.
Tengo una memoria confundida
y tengo lugares favoritos.

Y canto ‘oh oh’ los viernes a la noche y espero que todo esté bien.

Esta es mi cara, tengo cientos de opiniones y no el tiempo para explicarlas.
Y este es mi cuerpo, y no importa cuanto intentes dejarlo inválido, va a seguir estando ahí.
Y esta es mi mente y aunque intentes infringirla no podes restringirla.
Y este es mi cerebro, y aún si intentás y me retenés no vas a ganar nada.

Porque uso enjuague bucal,
y a veces hilo dental.
Tengo una familia
y tomo mucho té.

Pueden verla y escucharla si hacen click acá :)

sábado, 25 de diciembre de 2010

Inspiracion y Tiempo




La velocidad me ciega pero hoy, esta tarde noche, puedo ser la observadora. Noto que los días suelen pasar como centellas fugaces junto a mi.
Hago un pequeño pero fundamental stop en la ruta. Me detengo, bajo del vehículo porteño, inclino suavemente el mentón hacia el cielo y coloco cómoda y sublime mi mirada sobre la ruta, extiendo los brazos junto con mis piernas y cada partícula de mis dedos, me desperezo para llenar mis pulmones con cada miligramo de aire flotante. Inspiro.
No los veo, son solo un hilo de color que desaparece en un instante. Pasan volando como en jet y dejan marañas en mi pelo y ropas. Pero si puedo ver el ahora, la descripción de este momento y el recuerdo que me trae cada detalle de mi cuarto, cada objeto con una historia, cada cosa con una huella de mi.
Me gustaría desvanecerme como la esencia que emana el calor de este aroma. No porque quiera desaparecer, sino porque quiero estar mas presente que nunca, mezclarme con el aire. Tubos de caña cascabelean percusiones en la atmosfera. La luz amarilla acompaña mi tinta azul, una energía vital y natural que arde como mi corazón. Objetos que llaman mi atención y preguntas con memorias de amnesias ¿Cuántas veces de chica me abre sentado en esta pequeña sillita de madera y mimbre? Me pregunto mientras miro mi historia en poesía, escrita en docenas de cuadernos rojos con lunares, verdes con hojas, grises con paisajes, violetas, mariposas.
Es un stop en el tiempo. Relajación de una luz que masajea mi muñeca, subiendo por mi brazo a mi cabeza, me detiene, me despierta.
Y es en ese exceso de percepciones cuando mis dedos se vuelven inquietos buscando estallar los chorros de tinta, la negra carbonilla, tal vez cuerdas deliciosas o pintura multicolor. La elección dependerá de los antojos que despierte esta naciente musa risueña, que encuentra en los momentos menos esperados la inspiración añorada por mis ansiosas manos.


Actualmente la velocidad en que nos movemos es tan fugaz como esos meteoritos que pasan rozando nuestro cielo y luego desaparecen en el infinito. Nuestra concepción de la vida esta mas allá que regulada por ciclos naturales y el reloj no ha sido mas que su maestro. Ese tic tac nos ha impuesto una nueva percepción acerca de la realidad y en este contexto del que tanto han hablado Thompson y Adorno, es que sumerjo mi curiosidad y establezco su relación con esta femenina esquiva que muchos idolatran y de la cual muchos viven: la inspiración en el arte. Y mi curiosidad me lleva a replantearme su real existencia como cualidad comparable a la de una musa inspiradora, a la de un ente celestial, que de manera involuntaria visita nuestra puerta artística.
Es indudable que este tipo de creatividad espontanea existe en el arte. Días en los que, sin saber porqué, aparece un disparador enmascarado que te empuja a una explosión artística. Muchos la encuentran en un estado constante de reflexión; pero antes de llegar a esa instancia se asume una mirada exótica sobre las cosas que pasan a nuestro alrededor, pero no una mirada cualquiera sino una más curiosa y sutilmente llamada “el arte de mirar”. Situarse ahí en las cosas simples donde suceden las grandes historias y volver a mirar lo que parece obvio para inspirarnos y crear.
De esta forma la invocación de la musa es fundamentalmente un viaje. Un viaje a través de una mirada externa pero principalmente un viaje interno. Ya que, como señala Celia Güichal,(1) “el viaje inmediatamente convoca a una constelación de imágenes y de palabras afines: mapa, territorio, camino, exploración, búsqueda, aventura, descubrimiento… y algo empieza a moverse, o a querer moverse.” Sin duda la inspiración que nos motiva a crear un hecho artístico esta relacionada con ese tipo de movimiento del que habla Güichal porque implica la acción de algo, la acción de crear. La invocación implica un viaje interno porque la manera de conocernos mejor es a través del viaje externo, es decir, para conocernos mejor, para reflexionar de manera interna sobre las cosas, primeramente debemos conocer al otro, cruzar una frontera, detenernos y observar. Se trata de movernos pero con lentitud y espera.

Visto de esta forma pareciese que el momento de la búsqueda de inspiración es el último recurso para situarse fuera de la lógica de la inmediatez que nos obliga a transitar el sistema en el que vivimos. Como dirían los italianos: dolce far niente.
De alguna manera esta búsqueda siempre esta regulada por nuestros cambios de ánimo pero la mayoría de las veces la inspiración no aparece naturalmente sino que es obligada y forzada a hacer presencia. No disfrutamos cada momento de producción sino que la aceleramos en términos cuantitativos y límites temporales de exposición. Todos hemos pasado por esos baches creativos en donde nada nuevo parece salir y a medida que pasa el tiempo estipulado de creación, nos vamos poniendo neuróticos por la falta de ideas. Esta es una realidad y afirmo con certeza que todos hemos sufrido de vez en cuando (y seguimos sufriendo) este problema. La falta de tiempo nos estresa y el tic tac del reloj vuelve a aparecer con su concepción del tiempo para darle una puñalada a la creatividad. El artista de estos tiempos es un sentenciado por su propio tiempo. Similar a la producción en una fábrica, todo debe estar empaquetado y resuelto en el trascurso de unos x días: ya sea una pintura, una obra de teatro, la composición de un tema musical o la escritura de un cuento o ensayo. Es un recorrido de apariencias, con tiempos acotados de antemano y de un viaje ficticio. En donde el resultado puede o no ser apreciado como la “gran obra de arte” para un tercero pero que para el artista no ha sido más que un entretenimiento sin placer ni aprendizaje. Un viaje externo sin un viaje interno. Como dice el cronista Martin Caparros (2) “Se establece un tiempo especifico, distinto del habitual, que no es el tiempo de la vida, para recorrer lugares que no tienen para el viajero mas realidad que la de ese periodo acotado y su recuerdo: que volverán a la inexistencia una vez abandonados.”
Parece no existir salida de este mundo en donde la lógica de la novedad, el lucro, el ahorro y la velocidad marcan el ritmo.
Somos prisioneros de una cárcel de tiempo custodiada por un guardia de nombre sistema, y nuevamente, nada mas ni nada menos, que el arte mediante su secuas la inspiración será quien nos marque el pequeñas salidas de escapatoria. Como dice Marcuse (3)”El arte es el escape de los rebeldes”.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Reflexiones sobre la tela

2 elefantes se columpiaban sobre la tela de una araña, como veían que resistía fueron a llamar a otro elefante.

¿Por qué los 2 elefantes no podían pasarla bien solos? ¿Habrán sido una pareja? ¿Habrán sido parientes?. ¿De donde conocían tantos elefantes? ¿Por qué no llamaron a otras especies de animales?. Y si ellos estaban en la telaraña, la dueña y creadora de la misma ¿dónde estaba? ¿Será que eran amigos? ¿Será que la alquilaron? ¿O será que la araña se fue de vacaciones y ellos simplemente ocuparon la tela?. ¿Lo único que hacían los elefantes era columpiarse y llamar a otros elefantes? ¿Con qué finalidad?.

Yo creo que el autor de esta maravillosa canción nos dejó una obra incompleta que debe ser finalizada. O a lo mejor su intención era crear interés a través de las cosas que no se cuentan, para que todo aquel que la oiga pueda crear su propia hipótesis. De esta forma todos seriamos co-autores junto con él.



Personalmente creo que los elefantes iniciales eran 2 amigos que la pasaban bien columpiándose. De pronto se aburrieron y descubrieron que eso solo no era suficiente, por eso decidieron llamar a otros. El tercero trajo música. El cuarto trajo pizzas. El quinto no tuvo tiempo de conseguir nada pero trajo su simpática personalidad. La sexta trajo algo para tomar y enseguida llamó a su amiga, la séptima, porque tenía miedo de estar sola con 5 elefantes en una telaraña. La octava llevó sus cigarrillos. El noveno llevó unas hierbas exóticas que crecían en su jardín. El décimo casi se pierde en el viaje pero llegó, él era especial, yo sé que lo era.

Todos reían, se columpiaban aún más fuerte y volvían a reír. Muchos comían y debido a las sacudidas vomitaban, pero al poco tiempo ya se sentían bien. Había luces de colores, los mismos elefantes eran de colores. Algunos volaban, alto, muy alto y descendían para columpiarse otra vez. Todos la pasaban bien aunque con el paso del tiempo tuvieron que dejar de llamar a otros elefantes porque no había más lugar. Obviamente la tela podía resistir porque era de buena calidad, pero tanto roce entre elefantes podía producir problemas.

Bailaban, cantaban, volvían a bailar y se sacudían. Saltaban, se abrazaban.
Algunos comían las hierbas, otros las tomaban como infusión, otros las fumaban.
Hacía calor, por eso tomaban mucho líquido. Con sus trompas se salpicaban los unos a los otros para mantenerse cómodos.
Cuando alguno pensaba en bajar de la tela al momento era convencido de lo contrario. Hasta pensaron en formar una ciudad propia sobre la tela. Una comunidad, la “Comunidad de los elefantes de la tela”. Se gobernarían a sí mismos y vivirían felices columpiándose por siempre, siempre, siempre.

viernes, 12 de noviembre de 2010

Hombre que mira el techo

Siempre hay una jornada fuera de serie
en que uno logra sentirse sereno
pero está lejos de ser una canonjía
ya que la serenidad no es el mejor
de los estados posibles e imposibles

hoy por ejemplo tomo distancia
con respecto a las cosas y a mi mismo
y no por eso echo al olvido
qué joda era qué bueno era
estar adentro del entrevero

después de todo la famosa
serenidad es una isla
autorizada comonó
y legal
aunque rodeada inexorablemente
por emociones clandestinas

todavía me siento un poco incómodo
en mis primicias de sereno
como quien entra en un traje nuevo
que tiene bajas las hombreras

pero el cuerpo y el alma son
animalitos de costumbres
mañana la incomodida
será menor y en pocos días
me habré habituado a estar sereno

eso me llena a veces de alegría
es claro que se trata de una alegría serena
y en consecuencia uno no sale a dar abrazos
ni pega gritos ni le canta al cielo
a lo sumo archiva caricias y otros prólogos
por estricto orden cronológico

también llega a invadirme el desconsuelo
pero se trata de un sereno desconsuelo
y por lo tanto nadie solloza
ni dice mierda
ni putea

sencillamente como un modesto mago
de rojo circo de domingo
o de feria
tomo los naipes del amor
los barajo con parsimonia
y en las narices del viejo público
que es como hacerlo en mis narices
mágicamente los transformo
en nuevos naipes de amistad

lo único extraño viene a la noche
pues se presume que un sereno
ha de dormir serenamente
pero yo paso horas y horas
mirando el techo

o sea que
no sé hasta cuando estaré sereno
porque la calma ya no da abasto

hay que confiar y yo confio
que no hay mal que dure
cien años

Mario benedetti

domingo, 24 de octubre de 2010